Los nódulos tiroideos son bultos sólidos o llenos de líquido que se forman dentro de la tiroides. La tiroides es una pequeña glándula ubicada en la base del cuello, justo encima del esternón. La mayoría de los nódulos tiroideos no son graves y no causan síntomas.
Síntomas
La mayoría de los nódulos tiroideos no causan signos ni síntomas. Sin embargo, algunos nódulos se vuelven tan grandes que se pueden sentir o ver, a menudo como una hinchazón en la base del cuello, o presionan la tráquea o el esófago, lo que provoca dificultad para respirar o tragar. En algunos casos, los nódulos tiroideos producen tiroxina adicional, una hormona secretada por la glándula tiroides. El exceso de tiroxina puede provocar síntomas de sobreproducción de hormonas tiroideas (hipertiroidismo), como pérdida de peso inexplicable, aumento de la sudoración, temblores, nerviosismo y latidos cardíacos rápidos o irregulares.
Causas
La mayoría de los nódulos tiroideos son causados por un crecimiento excesivo de tejido tiroideo normal. La causa de este crecimiento excesivo suele ser desconocida, pero existe una fuerte base genética. En casos raros, los nódulos tiroideos se asocian con la tiroiditis de Hashimoto, una enfermedad autoinmune que conduce al hipotiroidismo.
Tratamiento
El tratamiento depende del tipo de nódulo tiroideo que tenga. Si una biopsia muestra que usted tiene un nódulo tiroideo no canceroso, su médico puede sugerirle simplemente observar su condición. Por lo general, esto significa realizarse un examen físico y pruebas de función tiroidea a intervalos regulares.
Los médicos usan yodo radiactivo para tratar el hipertiroidismo. Tomado en cápsulas o en forma líquida, el yodo radiactivo es absorbido por la glándula tiroides. Esto hace que los nódulos se reduzcan y los signos y síntomas del hipertiroidismo desaparezcan, generalmente en dos o tres meses.
En conclusión, si bien la mayoría de los nódulos tiroideos son benignos y no causan síntomas, es importante que un profesional de la salud revise cualquier hinchazón inusual en el cuello. La detección y el tratamiento tempranos son clave para controlar esta afección de manera eficaz.